Un novedoso proyecto de economía circular, impulsado por los ministerios de Medio Ambiente y Ciencias, la Universidad de Concepción y la Pesca Industrial del Bío Bío, permitió fabricar artículos domésticos en base a 145 kilos de mascarillas recicladas.
En específico, se elaboraron posavasos, maceteros y portalápices. La idea surgió a inicios de la pandemia, para dar uso sustentable a las más de 20 mil mascarillas utilizadas cada semana en las plantas pesqueras de la región del Bío Bío. Si bien estos implementos ayudan a prevenir contagios, representan un severo riesgo ambiental.
De esta forma, la Pesca Industrial de la zona se convirtió en el primer sector productivo del país en reciclar estos elementos de protección personal.
“Dado lo prolongado de la pandemia, este piloto, desarrollado por Asipes en conjunto de la UDT de la U. de Concepción, es una excelente iniciativa que nosotros respaldamos y que nos ayudará a combatir la ‘basura covid’, conformada por mascarillas o guantes plásticos que muchas veces terminan contaminando nuestras playas, ríos, parques o calles”, sostuvo Carolina Schmidt, ministra de Medio Ambiente.
Macarena Cepeda, presidenta de Asipes, afirmó que “El mar es nuestra fuente de abastecimiento de materia prima y rápidamente advertimos que las mascarillas se estaban convirtiendo en una nueva amenaza para el mar. Nos sumamos a este proyecto, con el reciclaje de las que se usaban en algunas plantas en Talcahuano y Coronel”. Además, adelantó que el proyecto tendrá una segunda etapa de reciclaje.
En cada planta existen contenedores diferenciados para la recolección de las mascarillas, que son retiradas mensualmente y sometidas a un riguroso proceso de sanitización.
Proyección y diversificación
Desde julio a diciembre de 2020, se recolectaron más de 145 kilos de mascarillas de tipo tres pliegues y N95, que tras un proceso mecánico se convirtieron en posavasos.
El director ejecutivo de la Unidad de Desarrollo Tecnológico (UDT) de la UdeC, Álex Berg, destacó la vinculación con uno de los sectores productivos más relevantes de la región, lo que permitió amplificar el efecto de las innovaciones desarrolladas en el centro.
“Junto con la Asociación de Industriales Pesqueros, desarrollamos una solución que no es solo a nivel conceptual o de laboratorio, sino que fuimos capaces de escalarlo a un nivel piloto y generar productos de valor comercial a partir de este desecho”, dijo.
En tanto, el ministro de Ciencias, Andrés Couve Correa, aseveró que “esta unión del sector académico con Asipes nos permite pensar en un futuro de reciclaje de estas mascarillas para poder darle una segunda vida a los materiales que ya nos ha dado protección durante esta pandemia”.
Los buenos resultados del piloto permitieron ampliarlo y formalizar un servicio de valorización del desecho. Es así que desde enero a la fecha se han recolectado 345 kilos y se trabaja en generar otros productos. A las cuatro plantas iniciales se sumaron otras tres unidades, operadas por Blumar, Orizon y Camanchaca.
La Pesca Industrial priorizó esta iniciativa y, a partir de este año, las empresas participantes asumirán los costos del tratamiento, de manera de dar continuidad al proyecto y contribuir a controlar el efecto ambiental de estos elementos de protección personal.
A mediano plazo, la iniciativa aspira a lograr un modelo de circularidad que permita obtener productos plásticos que puedan ser utilizados en objetos o utensilios cotidianos, como regalos corporativos o artefactos presentes en sus salas de ventas o casinos.