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Los problemas físicos y psicológicos que generan el mal uso de las RRSS

​Una de las preocupaciones actuales de la sociedad, es el mal uso de las redes sociales, que no solo pueden generar adicción, sino que también puede acarrear otro tipo de problemas y consecuencias.

17 de diciembre de 2024

¿Qué es el mal uso de las redes sociales?

El mal uso de las redes sociales es utilizarlas de manera que generen consecuencias negativas en los usuarios. Estas consecuencias del mal uso de las redes sociales pueden ser de tanto de carácter psicológico como físico, si bien, que se produzcan o que lo hagan en mayor o menor medida, depende de cada usuario (de factores como la edad, su fortaleza emocional, su capacidad de gestión del tiempo, etc.).

Este mal uso de las redes sociales puede ser activo, es decir, el usuario emplea las redes sociales para causar daño a otros (por ejemplo, mediante acciones de acoso o humillación a otros usuarios) y puede ser pasivo, en el sentido de que el usuario puede ser el objetivo de acciones y conductas que le afectan negativamente (el ejemplo más claro sería el usuario que es víctima de ciberacoso a través de las redes sociales).

Ejemplos del mal uso de las redes sociales

Estos son algunos ejemplos de mal uso de las redes sociales:​

  • Campañas de ciberacoso contra perfiles de usuarios determinados, ya sea como instigador o como participante de una de ellas.
  • Crear o compartir bulos, contribuyendo a que se viralicen.
  • Consultarlas cada pocos minutos y estar pendientes de las notificaciones, descuidando otras tareas u obligaciones.
  • Compartir contenidos protegidos por derechos de autor.
  • Publicar o compartir fotografías de terceros sin su consentimiento, especialmente si son imágenes privadas y los perfiles públicos.
  • «Perderse» haciendo «scroll infinito» (las redes sociales están diseñadas para enganchar y retener al usuario, el poder desplazarse hacia abajo y seguir recibiendo contenido forma parte de esa estrategia).

Causas del mal uso de las redes sociales

Las causas del mal uso de las redes sociales en adolescentes se deben a diferentes factores, pero principalmente podemos señalar las siguientes:​

  • Necesidad de reconocimiento, que en las redes sociales se traduce en recibir «likes» como señal de aprobación tanto del entorno más inmediato de amigos y conocidos como del resto de contactos en la red social de turno o incluso de desconocidos, cuando el perfil es público.
  • Sentimiento de pertenencia al grupo. Seguir ciertas tendencias o comportamientos en redes sociales puede generar identificación y sensación de pertenencia, de que se ha encontrado un lugar entre iguales.
  • El anonimato que se presupone en las redes sociales favorece la proliferación de ciertos comportamientos y conductas malintencionadas o incluso ilícitas (como el ya citado ciberacoso).
  • El miedo a perderse algo (FOMO por sus siglas en inglés), que lleva a algunas personas a conectarse y pasar horas consultando sus redes sociales.
  • La necesidad de protagonismo, que lleva a algunas personas a compartir cada detalle de su día a día.
  • La baja autoestima también puede llevar a realizar malos usos de las redes sociales, para lograr esa sensación de pertenencia o de notoriedad que hemos mencionado.
  • La falta de supervisión de padres y/o tutores legales, así como la falta de conocimiento de estos sobre las propias redes sociales y su funcionamiento (especialmente las de más reciente creación) y de lo que sus hijos publican en ellas o de con quiénes contactan a través de ellas.
  • El desconocimiento, por parte de los usuarios adolescentes, de las consecuencias que determinadas acciones, conductas y publicaciones en redes sociales pueden tener a medio y largo plazo.

10 consecuencias del mal uso de las redes sociales

Estas son las 10 consecuencias del mal uso de las redes sociales en adolescentes, aunque cabe señalar que no todas tienen por qué ocurrir y que el que se produzcan algunas de ellas, depende también de factores que tienen que ver con la propia persona, su perfil psicológico y sus circunstancias personales.

Cabe recordar que las redes sociales no son males por sí mismas, sino del uso que se haga de ellas y que estas consecuencias negativas no siempre se van a producir, pero estar al tanto de ellas es importante para poder adoptar medidas preventivas a tiempo, tanto por los propios adolescentes como por sus padres y/o tutores legales.​

  1. Ciberacoso: Usar las redes sociales para acosar a otros usuarios, prolongando el acoso físico en el entorno digital, es una de las consecuencias más visibles del mal uso que puede hacerse de las redes sociales. El insulto, la humillación, la creación y publicación de bulos sobre otro usuario, su aislamiento en la propia red (ignorando sus respuestas), los ataques en su «muro» o perfil, tanto público como a través de mensajes privados, son algunas de las formas que toma el ciberacoso, creando en la víctima un estado de alerta constante y, en algunos casos, problemas psicológicos, como depresión.
  2. Stalking: El acoso como persecución de un usuario en concreto a través de sus redes sociales. Aquí la víctima está hipervigilada por otro usuario, que en ocasiones llevará a cabo diferentes conductas para llamar su atención y conseguir interacciones, molestándose y enfadándose si no consigue dicha atención (pudiendo incluso derivar en ataques contra el otro usuario). El stalking puede incluso pasar del mundo digital al mundo físico.
  3. Aislamiento: Se priorizan las relaciones e interacciones a través de las redes sociales, llegando, en casos extremos, a reemplazar las relaciones sociales físicas por aquellas que se desarrollan en entornos digitales, lo que conduce al aislamiento físico de la persona. Paradójicamente, en la era de las redes sociales estamos más aislados socialmente que nunca.
  4. Presión de grupo: Si la gran mayoría del círculo social de un adolescente está en una o varias redes sociales concretas, puede sentir que se está perdiendo algo al no formar él parte de ellas, lo que puede generar sensación de aislamiento y de quedarse fuera. Así mismo, la forma en que se compartan los contactos del adolescente en una red social o aquellas personas a las que sigue y más éxito tienen, pueden llevar al adolescente a imitar ciertos comportamientos o adoptar ciertas conductas y llevar a cabo determinadas acciones que no tomaría o haría fuera de las redes.
  5. Adicción: El uso de las redes sociales puede llegar a crear adicción en los adolescentes; aunque no siempre se llega a este extremo, ya se han documentado suficientes casos como para hablar de que el uso de las redes sociales tiene las mismas características que otras sustancias nocivas adictivas, como el tabaco o el alcohol. La adicción provoca un descontrol sobre el tiempo que se pasa conectado a la red social, ansiedad cuando no se tiene acceso a ella y otras conductas que tienen consecuencias sobre el día a día del adolescente (falta de concentración, falta de sueño por seguir conectado hasta altas horas de la noche, etc.).
  6. Baja autoestima: No conseguir los «likes» esperados, no parecerse a influencers y otros perfiles relevantes en las redes que se usan, etc., pueden provocar una baja autoestima en algunos adolescentes y en algunos casos derivar en problemas de salud.
  7. Peligro de los retos virales: Las redes sociales son la vía de distribución de muchos de retos virales; algunos son inofensivos y divertidos, otros tienen una motivación altruista, pero hay retos virales que pueden poner en peligro la vida de quienes los llevan a cabo. Ganar «likes» o seguir la última moda puede llevar a los adolescentes a sufrir lesiones o incluso perder la vida.
  8. Grooming: Aunque no solo en ellas, las redes sociales son un sitio en los que los groomers (adultos que contactan con menores de edad con la intención final de conseguir abusar sexualmente de ellos) buscan víctimas. Los groomers se hacen pasar por usuarios de la misma edad que sus víctimas y las engañan para ganarse su confianza y que finalmente accedan a enviarles imágenes comprometidas, para luego chantajearlas con ellas y conseguir un encuentro real.
  9. Exposición a desinformación y discursos de odio: Cada vez más, las redes sociales son el hábitat natural de los bulos y la desinformación, donde se publican y comparten hasta hacerse virales. Por el momento vital y de desarrollo intelectual en el que se encuentran los adolescentes, este tipo de mensajes suelen tener mayor calado en ellos.
  10. Sobreexposición y pérdida de privacidad: En algunos casos, especialmente cuando las redes sociales se emplean para socializar y para ganar notoriedad, es fácil acabar sobreexponiéndose en ellas, compartiendo cada día lo que se hace, subiendo contenido y dando, en general, mucha información personal, lo que provoca una consecuente pérdida de privacidad, que es muy difícil recuperar (una vez que hemos publicado algo en redes, es muy complicado hacerlo desaparecer).

¿Cómo evitar el mal uso de las redes sociales?

Cómo evitar el mal uso de las redes sociales es una tarea que depende tanto de los padres y/o tutores legales como de los propios adolescentes.

Los primeros deben acompañar y enseñar sobre el uso adecuado de estas plataformas, sobre sus riesgos y peligros. Así mismo, deben fijar tiempos de uso y, hasta cierto punto, llevar un control del uso de las redes sociales que hacen sus hijos, especialmente en los más pequeños, aunque recordemos que todas las redes sociales exigen tener una edad mínima para poder abrir un perfil en ellas. El control parental es una medida que se debe aplicar, pero tan importante como este es el diálogo y el educar sobre el uso adecuado y responsable de las redes sociales.

En el caso de los adolescentes, deben informarse sobre los riesgos y las consecuencias de los malos usos de las redes sociales, plantearse que son solo una parte más de su socialización, pero no la única forma de establecer relaciones sociales, ponerse límites de uso ellos mismos, no depender de los «likes» y entender que lo que se publica en redes sociales, no siempre es la realidad, así como a aprender a cuestionar aquellas publicaciones que se viralizan sobre ciertos temas o materias.

Es importante, por tanto, que exista ese diálogo que decíamos entre padres y/o tutores legales y los propios adolescentes, para que el uso de las redes sociales no acabe convirtiéndose en un problema a corto y medio plazo.

No se trata de prohibir su uso, sino de aprender a usarlas de manera adecuada y de no acabar siendo dependientes de ellas.





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