26 de julio de 2023
En los últimos meses, han surgido varias versiones que han tratado de explicar la aparición de objetos voladores extraños en diferentes zonas del planeta Tierra. Algunas voces han llegado a indicar que esos fenómenos son de eventos causados por el propio ser humano y por ello descartan la posibilidad de que se trate de una aparente actividad extraterrestre en nuestro mundo.
Sin embargo, existen otras voces que plantean tesis sobre la presencia de colosales naves alienígenas que se mueven por nuestro sistema solar y que tienen la tarea de monitorear lo que ocurre en diferentes planetas.
Ese es el caso de Abraham Loeb, director del Instituto para la Teoría y la Computación del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian, que plantea la teoría sobre la aparente existencia de una enorme nave extraterrestre, que no tendría una tripulación orgánica al ser una gran máquina que es controlada por una inteligencia artificial (IA) creada hace miles de años.
¿Naves extraterrestres son milenarias IA?
De acuerdo con el planteamiento de Loeb, es poco posible que nuestro sistema solar albergue visitantes extraterrestres que sean criaturas con una composición biológica, debido a que los viajes intergalácticos requieren de miles de años para poder recorrer las distancias que hay entre galaxias y planetas. Por lo tanto, el astrofísico no considera probable que exista una criatura orgánica que pueda sobrevivir ante el paso de tantos siglos abordo de una nave.
En ese orden de ideas, el experto estima que en caso de que hubiese un hipotético escenario en que la humanidad logre tener contacto con una nave espacial construida por una raza alienígena, realmente se trataría de un encuentro con entidad sintética al estilo de una IA que tendría el control del vehículo.
Según recoge el portal web de History Channel, Abraham Loeb afirma que dicho encuentro podría representar una evidencia de que las inteligencias artificiales son sistemas que existen siglos antes de que el ser humano empezara a experimentar con dicha tecnología, además, crearía la necesidad del desarrollo de nuevas investigaciones que permitan acelerar el desarrollo de tecnologías que faciliten los viajes espaciales.
Por otra parte, Loeb planteó otro escenario en el que el ser humano simplemente llegaría a tener contacto con basura extraterrestre al tratarse de una pieza de tecnología anticuada que está vagando por el cosmos.
¿Nave nodriza alienígena está vigilando al planeta Tierra?
Vale la pena resaltar que hace un par de semanas Sean Kirkpatrick, director de la Oficina de Resolución de Anomalías de Todos los Dominios (AARO) en el Pentágono, se refirió a un informe desarrollado en colaboración con Abraham Loeb, en donde se habla de posible presencia de ‘fenómenos aéreos no identificados’ (UAP) cerca al planeta Tierra.
En dicho documento se establece la hipótesis de que existe una enorme nave extraterrestre posicionada en un punto del sistema solar, la cual estarían enviando sondas a la Tierra.
Dicho informe plantea la posibilidad de que exista esa nave espacial nodriza, proviene de una galaxia lejana y que estaría estacionada en un punto fijo del sistema solar desde hace varias décadas. Aparentemente desde ese sitio estaría desplegando continuamente pequeñas sondas para poder estudiar diferentes planetas, entre ellos la Tierra.
Así las cosas, la presencia de esta nave nodriza podría explicar los diferentes avistamientos de ovnis que personas de varias zonas del mundo han reportado a través de los años.
Un objeto interestelar artificial podría ser potencialmente una nave madre que libera muchas sondas pequeñas durante su paso cercano a la Tierra, una construcción operativa no muy diferente de las misiones de la Nasa”, precisa un aparte del documento titulado ‘Restricciones físicas en fenómenos aéreas no identificados’, el cual fue reseñado por la revista Forbes.
Por otra parte, el informe también ofrece una explicación de la razón por la que la tecnología humana aún no tendría la capacidad de detectar las sondas que son lanzadas por la nave nodriza.
Según establece el documento, las pequeñas naves espaciales que exploran el sistema solar poseen un diseño especial que les permite moverse una gran velocidad, junto a capacidades de camuflaje que las harían indetectables para los telescopios de rastreo. Esto se debe a que su coraza exterior posee un mecanismo que no refleja la luz del sol y esto hace que sean invisibles ante los instrumentos que usa la especie humana para monitorear el cosmos.
“Los astrónomos no podrían notar el movimiento de las mini-sondas porque no reflejan suficiente luz solar para que los telescopios de rastreo las noten”, indica el texto.