30 de octubre de 2024
El expresidente de Bolivia, Evo Morales, ha advertido que su captura podría desencadenar un "levantamiento" indígena y militar contra el gobierno del presidente Luis Arce. En declaraciones recientes, Morales afirmó que las Fuerzas Armadas se amotinarían si las autoridades lo arrestan, y aseguró que tiene pruebas de apoyo militar y policial. Desde hace 17 días, el exmandatario permanece en Chapare, su bastión político en Cochabamba, mientras sus seguidores bloquean carreteras en el centro del país, exigiendo que se retiren los cargos en su contra.
Ante esto, Morales enfrenta acusaciones de trata de personas y estupro, lo cual lo ha colocado en una posición vulnerable frente al gobierno de Arce, quien fue su exministro de Economía. En entrevista con la agencia EFE, el exmandatario declaró: "Tengo audios de militares y policías que me dicen 'nos estamos amotinando'". Además, describió la situación como un levantamiento espontáneo de sus seguidores indígenas y campesinos, quienes protestan también por la situación económica en Bolivia.
El expresidente relató que el domingo pasado fue víctima de un supuesto intento de asesinato. Según Morales, su vehículo fue atacado con fusiles de alto calibre por hombres armados, en lo que considera un complot para incriminarlo. Estas acusaciones fueron negadas por el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, quien señaló que Morales escapó de un control antidrogas y disparó a agentes de policía.
Finalmente, la pugna entre Morales y Arce ha aumentado la tensión en Bolivia, obligando a la Policía a replegarse en algunas zonas y generando disturbios en Chapare. Morales insiste en que no abandonará el país y exige que se lleven a cabo elecciones primarias abiertas en su partido, el Movimiento al Socialismo (MAS), para definir un candidato presidencial en 2025. Además, demandó la renuncia del ministro del Castillo, a quien responsabiliza de sus problemas legales y de un supuesto plan para asesinarlo.